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María Antonieta Rivas Mercado


MARÍA ANTONIETA RIVAS MERCADO

1900-1931



Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido,

y, sin embargo, puede que nadie acuda jamás a acogerse a él…

Vincent Van Gogh


Antonieta Rivas Mercado nació al concluir el siglo XIX. Fue una gran literata, periodista, pensadora, dramaturga y precursora del feminismo mexicano: “La mujer es distinta del varón y debe afirmar su diferencia en vez de aspirar a igualarse”. Perteneció al círculo de artistas e intelectuales que renovaron la cultura mexicana al concluir la revolución mexicana. Se le puede considerar no sólo como una promotora cultural, sino una activista cultural, pues no esperaba a que sucedieran las cosas, sino que las propiciaba: “propició el teatro moderno e impulsó la novela moderna”.

Fue hija del arquitecto Antonio Rivas Mercado, autor del monumento Ángel de la Independencia y Director de la Academia de San Carlos. Reconocido como el arquitecto de cabecera de Porfirio Díaz y de Matilde Castellanos.
Antonieta Rivas fue una mujer culta, muy inteligente y de grandes pasiones, que es recordada a través de la historia como la mujer que luchó incansablemente contra el México conflictivo y desmesurado en busca de una deseada libertad que quizá jamás conoció. Abandonada por su madre a la corta edad de 12 años -la cual se fue a Europa tras un amante-, Antonieta asumió el rol de administradora de la casa Rivas Mercado al lado de su padre. Al cumplir los 18 años contrajo nupcias con Alberto Blair, un ingeniero inglés de 28 años. Al poco tiempo, en 1919, nació el hijo de ambos, Donald Antonio, mas Antonieta resuelve separarse. Blair no acepta la decisión. Entre discusiones, violencia y tensión, sobrevino el primer episodio depresivo de Antonieta. Una ardua lucha que la persiguió toda su corta vida.
En 1927, tras la irreparable pérdida de su padre de 73 años, Antonieta se convierte en heredera de todos los bienes de los Rivas Mercado. Toma el control completo de sus 2 hermanos y de su casa. Si antes lo había asumido bajo el apoyo de su padre, ahora tendría que hacerlo sola, y su conciencia sería la que dictara su actitud.
Este periodo es el momento culminante de la vida de María Antonieta. Se introduce de lleno al medio cultural y se destina a promover el arte. Impulsa la creación de un teatro en México para presentar obras de autores internacionales, apoyando al talentoso y poco famoso grupo de intelectuales llamados Los Contemporáneos. Promueve y financía la Fundación de la Orquesta Sinfónica Nacional. Se le considera como la primera mecenas del arte en México. Apoyó artistas, escritores y músicos. Se decía que quien quisiera abrir una puerta cultural en México debía conocer a Antonieta Rivas Mercado, pues de su iniciativa surgieron salones literarios y el teatro experimental.
Uno de sus más grandes logros fue la fundación del teatro Ulises. Se convirtió en mecenas de personajes como Andrés Henestrosa, Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Gilberto Owen, Celestino Gorostiza, Julio Castellanos, entre otros. Es en este grupo de brillantes vanguardistas donde conoce al pintor Manuel Rodríguez Lozano, “su imposible conquista”, convirtiéndolo en su obsesión de amor no correspondido. En este caso, en términos angustiosos, la inclinación sexual de Rodríguez Lozano no le permitía ver en Antonieta a la mujer, sino sólo a la amiga cautelosa e inteligente, a una compañera de reunión para ubicarse en una misma afinidad tanto filosófica como literaria, pero nunca como una candidata para intercambiar amor.
Antonieta lo amó como su común denominador. Con desesperanza y la fiel certeza de que la pasión es un oficio de tiempo completo, exigente y egoísta, de cuyas consecuencias se deriva el resto de los actos creativos que intentemos. Amar a Rodríguez le daba fuerza, en él ella veía su liberación, su contraparte. Cerraba sus ojos ante el obvio homosexualismo del bello pintor. Lo idealizo como todas aquellas que en complicidad con la soledad nos inventamos al hombre perfecto…así en mancuerna con Lozano –y con todos los intelectuales antes mencionados- rehace y levanta la vida cultural de México. Rivas Mercado fue amiga de Diego Rivera y Frida Kalho, amiga del gran Federico García Lorca.
En los tiempos de Rivas Mercado, México se sujeta a un fuerte cambio. Los vientos políticos acarician a Antonieta y así conoce en el agitado año de 1929, al candidato opositor al régimen revolucionario representado por el general Obregón: José Vasconcelos, exrector de la Universidad Nacional y exsecretario de educación, quien entre una de sus acciones más relevantes promovió la cultura con ediciones masivas de algunas de las más grandes obras del pensamiento europeo y occidental en nuestro país.
Antonieta apoyó económicamente, con su espíritu, decisión y entusiasmo la campaña de Vasconcelos. Sin poder evitarlo, se involucra sentimentalmente con él. Este amor sí le fue correspondido de una manera clandestina, pero sin futuro, pues Vasconcelos era hombre casado.
El 17 de noviembre de 1929, día de la elección, Antonieta recibió con sorpresa los resultados en Nueva York. Apenas eran las once de la mañana y “ya había candidato vencedor”: Pascual Ortiz Rubio, el general michoacano escogido por Plutarco Elías Calles venció a Vasconcelos en las elecciones.
José Vasconcelos marca un parte aguas en la vida de Antonieta, no sólo como la protagonista de su desgastante campaña por la Presidencia en 1929, sino como eje central de lo que sería su trágico final: su suicidio. Donándole todo su recurso económico y humano, traspasando el límite de la quiebra y el límite de su salud; Antonieta, además de su fiel compañera, es quien realizaba los discursos, lleva a cabo el diario de actividades y, sobre todo, los gastos. Lo acompañó hasta los lugares más solitarios para realizar proselitismo y, finalmente, al ver la inexorable respuesta de José, al enterarse de su fracaso como candidato, se convence de que, una vez más "... nadie necesita de nadie, sólo de Dios...", como se lo dijo Vasconcelos una noche antes de que ella tomara la decisión de despojarse de la razón, el entendimiento y del cuerpo.

¿Qué la llevó a su trágica decisión? ¿Su divorcio? ¿El que Vasconcelos haya perdido la presidencia, y con ello, una buena parte de la fortuna? ¿El insistente y trágico enamoramiento de Manuel Rodríguez Lozano? ¿Su espíritu endeble? Nunca lo sabremos…

Habían transcurrido tan sólo 31 años de su vida intensa, brillante y fugaz. Antonieta pudo ser la primera escritora moderna de nuestro país. Pero lo único que se sabe con certeza es que un 11 de febrero de 1931, María Antonieta Rivas Mercado tomó asiento frente al Cristo Crucificado de la Catedral de Notre Dame, en París, Francia, y fue el único mudo testigo de la desesperación que desembocó en el estrépito: sacó la pistola Colt que había acompañado a Vasconcelos durante la campaña y se disparó al corazón.

La magia de Antonieta despertaba, entre los hombres, una fascinación que atraía o repelía. Era una mujer que no dejaba sitio a la indiferencia, como una amenaza a la vanidad de los hombres, pero también una incitación.
Los hombres no eran los únicos en sufrir la atracción de Antonieta, la rodeaba también una corte de mujeres de la alta sociedad, pendientes de sus palabras y de sus actos. Si bien la admiraban, asimismo, era el objeto de sus devaneos, intrigas y calumnias. A diferencia de ellas, Antonieta realizaba lo que sólo se atrevían a soñar.
Esta grandiosa mujer, dejó como último escrito, una nota en su habitación: "Yo soy responsable de este acto con el cual finalizo una existencia errabunda".
Hoy la Fundación Rivas Mercado A.C. trabaja con mayor empuje para dar a conocer la importante labor e impacto de Antonieta al romper los moldes sociales y culturales de las primeras décadas de este siglo
Los restos de Antonieta fueron depositados en una fosa común de Paris en 1936.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

EL MACHISMO MATA SIN DISTINGIR,POSICION SOCIAL,ESE FUE EL TRAGICO FIN DE UNA DULCE MUJER QUE SOLO QUISO SER AMADA Y ACEPTADA,QUE SE ENTREGO EN CUERPO Y ALMA A SUS CONVICCIONES Y SIEMPRE TIENE QUE EXISTIR UNO MAS VIVO QUE SE APROVECHE DE ESTA NECESIDAD ,PARA OBTENER SUS GANANCIAS ,EN EL TERRENO QUE ME LO PONGAN,Y ES DE LAMENTAR QUE ANTONIETA NO FUERA MAS VIVA QUE ELLOS SI NO OTRO GALLO NOS CANTARA HUBIESE DEJADO UN LEGADO SIN PRESEDENTES Y AUN ASI LO HIZO DEJO A SU PASO UNA GRAN INSPIRACION Y RESPETO POR TAN GRANDE MUSA ,IMPULSORA DE EL ARTE COSA QUE POLITICAMENTE A CASI NADIE IMPORTA ,¡GRACIAS ANTONIETA POR EXISTIR!

Unknown dijo...

Siempre que leo algo acerca de ella, me transporte a su época, que inteligencia y visión tenía esa gran mujer, no obstante, como a cualquier mujer, le dolía que el hombre por el cual ella se moría de amor, no entendiera este sentimiento tan fuerte en ella. Muchas gracias Antonieta, por tu legado de humanismo, arte y cultura.

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